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A Fondo - Salvador Dalí (Entrevista)





Nuestro mundo es la dimensión de la fatalidad que integra nuestra vida. Pero esta fatalidad vital no se parece a la mecánica. No somos disparados sobre la existencia como la bala de fusil, cuya trayectoria está absolutamente predeterminada. La fatalidad en que caemos al caer en este mundo –el mundo es siempre éste, éste de ahora- consiste en todo lo contrario. En vez de imponernos una trayectoria, nos impone varias y, consecuentemente, nos fuerza… a elegir.
¡Sorprendente condición la de nuestra vida! Vivir es sentirse fatalmente forzado a ejercitar la libertad. A decidir lo que vamos a hacer en este mundo. Ni un solo instante se deja descansar a nuestra actividad de decisión. Inclusive cuando desesperados nos abandonamos a lo que quiera venir, hemos decidido no decidir.  

El hombre masa ha colonizado nuestras calles, escuelas y empresas; él no intenta ser más que otros, él no gusta del deleite de la invividuación, la cual implica diferenciación pura, él no busca otra razón más que el complementarse a sí mismo con los otros para llegar a poseer su identidad, para al fin de todo alcanzar su ser, el cual es: otros. 

En este eterno devenir donde la repetitividad está en movimiento cíclico global el individuo es ultrajado, lo distinto mal observado, pues la masa –advenimiento cabal de la democracia- es más importante que el individuo. Los sistemas educativos modernos tienen por finalidad la producción en serie de sujetos, las modas generan el estándar de ejercitación en las tareas cotidianas encargadas por los dictados de la civilización y sus gobernantes ríen mientras el ciudadano a pie es un reducido intelectual que tiene que someterse al dictado de la mayoría, una mayoría que no gusta del arte, una mayoría que detesta su vida y trabajo, una mayoría que sueña liberarse y en ilusiones que poco, o nada, podrán acariciar el ejercicio pleno de su libertad encuentra su irreal soberanía personal.  

La sociedad actual tiene por objetivo martirizar al individuo hasta su máxima vital, hacer de él nada si él no es parte del todo y justificar el acto de menguar al sujeto en argumentos democráticos que nada tienen que ver con la calidad de vida de dicho sujeto. 

Se hace televisión para la mayoría, política para la mayoría, música para la mayoría, literatura para la mayoría…todo para la colectividad, aunque está carezca de intelecto, educación y calidad de vida. A medida del paso del tiempo, las grandes personalidades son más y más escasas hasta casi estar extintas. ¿Dónde están esos hombres del Renacimiento? ¿Dónde esos extraordinarios filósofos griegos que hicieron las preguntas fundamentales? ¿Dónde esas ciudades en la cuales la literatura daba vida a sus conglomerados? ¿Dónde…ciudades que podían ver caminar a hombres de la talla de Nietzsche, Wagner, List, Mozart, Gasset…Dalí? Dónde están…

La masificación social ha acabado con ellos y bajo el principio de estandarización, reduccionismo cabal y especialización el científico no sabe de arte y el artista no se importa por la ciencia. El psicólogo práctico no muestra interés por el teórico y este último solo se informa de su teoría degradando todas las demás. Este es el siglo XXI, un siglo de gente solitaria, gente predecible al máximo con tan solo observar el cómo viste, qué escucha…esto es la decadencia que detesta el carácter cosmopolita, pues el hombre recto busca locamente que su bienestar sea acorde a lo dictado por la sociedad. 

Por ello, el antisocial no es aquel que odia a la sociedad, sino el que no quiere ser como dicta esa sociedad. Los grandes personajes siempre han sido antisociales, es una necesidad capital el escapar del tiempo y los dictados del “buen quehacer civil” para poder ser auténticos. Dalí…Salvador Dalí fue un ser auténtico al cual, seguramente, el hombre-masa tachará de un loco fanfarrón pues las masas nunca hacer mucho para dinamizar el mundo, son celosos y envidiosos, por ello detestan la autenticidad, la crítica y el carácter de seguridad personal es estigmatizado como un producto pedante. Pero la historia es lo único justo que tiene el hombre, más justo que sus estúpidas constituciones civiles donde están inscritas leyes que parecen las prostitutas de los abogados; el hombre- masa no hace la historia, el hombre auténtico: sí.  

Aquí una entrevista realizada en el extraordinario programa de los años 70s y 80s, programa que no pudo haber existido en el periodo franquista español, un programa en el cual confluyeron distintas personalidades que dieron voz a la bestia intelectual que necesita rugir de nuevo y destazar a la masificación de los medios de comunicación masiva que, en su mayoría, son míseros. El programa llevó el siguiente nombre: A Fondo. En él se entrevistó a Atahualpa Yupanqui, Roman Polanski, Juan Rulfo, Octavio Paz, Mario Benedetti, Carmen Martín Gaite, y otros más, entre los cuales estuvo el surrealista, el metafísico, el hiperrealista filosófico, el escritor, pintor e intelectual, el genio con carácter aristocrático que siempre lo caracterizó…Salvador Dalí.

Formato: RMVD (reproductor recomendado: VLC Media Player)

Calidad Visual: Muy Buena
Idioma: Castellano Peninsular





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A Fondo - Salvador Dalí (Entrevista) A Fondo - Salvador Dalí (Entrevista) Reviewed by Anónimo on 9:45:00 a.m. Rating: 5

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